En esta ocasión, nos embarcamos en un viaje al Asteroide 325 para visitar el planeta del Principito y su rosa. No puedo imaginar una historia más hermosa e imaginativa para inspirar una romántica escapada al desierto.
Esta es una historia mágica sobre la exploración del universo a través de la perspectiva de un niño y el descubrimiento de lo más esencial.
El Principito resiste la prueba del tiempo como el segundo libro más traducido del mundo. Hay algo universal en sus páginas que trasciende fronteras para hablar a los corazones y las mentes de nuestro pequeño planeta llamado Tierra.
“Todo el mundo tiene estrellas, pero no significan lo mismo para todos. Para algunos, que son viajeros, las estrellas sirven de guía. Para otros no son más que lucecitas en el cielo. Para mi empresario eran riqueza. Pero todas estas estrellas están en silencio. Tú, solo tú, tendrás las estrellas como nadie más las tiene”. – El Principito.
“Los hombres de tu planeta cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín… Sin embargo, no encuentran lo que buscan... Y sin embargo, lo que buscan bien podrían encontrarlo en una sola rosa o en un poco de agua… Pero los ojos son ciegos. Hay que mirar en el corazón”. – El Principito.
“El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante... Los hombres han olvidado esta verdad”. – El zorro.
"Y ahora aquí está mi secreto, un secreto muy simple: sólo con el corazón se puede ver correctamente; lo esencial es invisible a los ojos”. – El zorro.
“Los adultos nunca entienden nada por sí mismos, y es aburrido para los niños estar siempre y para siempre explicándoles las cosas”. – El Principito.
“ 'Me gustan mucho las puestas de sol. Ven, vamos a ver una puesta de sol ahora'.
'Pero tenemos que esperar, dije'.
'¿Esperar? ¿Para qué?'
'Para la puesta de sol. Debemos esperar hasta que sea el momento'.
Al principio pareció sorprenderse mucho. Y luego te reíste de ti mismo. Me dijiste:
'¡Siempre estoy pensando que estoy en casa!'
En efecto. Todo el mundo sabe que cuando es mediodía en Estados Unidos el sol se pone sobre Francia.
Si pudieras volar a Francia en un minuto, podrías ir directamente al atardecer, desde el mediodía. Desafortunadamente, Francia está demasiado lejos para eso. Pero en tu pequeño planeta, mi principito, todo lo que necesitas hacer es mover tu silla unos pasos. Puedes ver el final del día y el crepúsculo caer cuando quieras…” – El Aviador.
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